En base a
informes obtenidos de los Registros Akáshicos y por las evidencias disponibles
de la geología y la distribución relativa de animales vivos y extintos, como
así también por la evolución física de los reinos inferiores, la ciencia
reconoce hoy en día que lo que ahora es tierra seca en la superficie del
planeta, esto antiguamente fue el fondo del mar y lo que ahora es el fondo del
mar una vez fue tierra seca.
Debido a
los cambios geológicos de la corteza terrestre a lo largo de los siglos se han
producido elevaciones y depresiones terrestres, algunas más pronunciadas en un
lugar que en otro. Desde la existencia del planeta hace muchos millones de años, la tierra y el agua han estado en lucha constante por la supremacía.
Continentes e islas enteras se han hundido en el agua y otras han surgido.
Lagos y mares se han elevado lentamente, terminando por secarse y nuevas
cuencas de agua se han formado debido al hundimiento de la tierra.
De
acuerdo a la interpretación general y a mapas antiguos en algún momento
prehistórico ha existido un continente con el nombre de Lemuria. Sin embargo
nada es más equivocado que los límites y las fronteras que se nos han enseñado
durante nuestra juventud en las lecciones de geografía, las que carecían de
toda base geológica.
Aquí se incluye un mapa del mundo el cual muestra a Lemuria en su extensión más grande:
En base a
los Registros de los Archivos Akáshicos ha sido posible obtener estos dos mapas
que representan a Lemuria durante su período de mayor extensión y el otro que
figura más abajo que muestra a Lemuria quebrantada por grandes catástrofes,
pero en una época muy anterior a su destrucción final.
Nunca se
manifestó que los mapas obtenidos son totalmente exactos y no se sabe si los
mismos fueron preparados por algunos instructores divinos durante los días en
los que Lemuria aún existía, o si son originarios de la época posterior de la
Atlántida.
Se
considera que la duración probable del Continente de Lemuria se extiende
aproximadamente de entre cuatro a cinco millones de años, lo que representa la
vida del Continente de la Atlántida, porque es alrededor de ese tiempo que los
Rmoahals, la primer sub-raza de la Cuarta Raza Raíz, que habitaba en la
Atlántida, surgieron en una parte del Continente de Lemuria que aún existía en
aquel momento.
Lo que se
ve a continuación es un mapa de lo que parece haber sido Lemuria en una fecha
posterior:
En base
al proceso evolutivo en el cual el número cuatro representa el período de menor
duración, se puede asumir que el número de millones de años que se pueden
asignar al Continente de Lemuria debe ser mucho mayor del que se asigna a la
Atlántida, el continente de la Cuarta Raza Raíz. Pero en el caso de Lemuria no
hay fechas que se pueden asignar con una certeza aproximada.
Al no
tener asignadas épocas geológicas los mapas, sin embargo se puede deducir de
toda la evidencia que se nos presenta que el más antiguo de los dos mapas de
Lemuria representa la configuración de la tierra que alcanza hasta la época
jurásica, mientras que el segundo mapa representa la configuración de la tierra
a través de los períodos de los cretáceos y del eoceno (época de los
mamíferos).
Del mapa
más antiguo se puede apreciar que el continente ecuatorial de Lemuria casi
circundaba al globo, extendiéndose en aquel entonces desde el punto donde
actualmente se encuentran las Islas del Cabo Verde a unas pocas millas de la
costa de Sierra Leone, en una dirección sudeste a través de África, Australia,
las Islas de la Sociedad y todas los mares intermedios, hasta un punto a pocas
millas de distancia de una gran isla continente (aproximadamente del tamaño
actual de América del Sur) que se extendía por el resto del Océano Pacífico y
incluía Cabo del Horno y partes de la Patagonia.
Una
característica notable del segundo mapa de Lemuria es su gran longitud, y en
partes la extrema angostura de los estrechos que separaban los dos grandes
bloques de tierra, en los que el continente se había separado en un momento del
tiempo. Se podrá observar que los estrechos que actualmente existen entre las
islas de Bali y Lomboc coinciden con una porción de los estrechos que en aquel
entonces dividían a los dos continentes.
En cuanto
a la flora y fauna hay muchos tipos que existen tanto en la India como en
grandes trechos de África, dado que, como se podrá observar en el primer mapa,
hubo una comunicación terrestre directa, la cual fue parcialmente mantenida
durante el período que abarca el segundo mapa, y que semejante comunicación
existía también, de acuerdo a mapas de la Atlántida, durante una época u otra,
entre tantas partes diferentes de la superficie terrestre, pero en zonas que
actualmente se hallan separadas por el agua, que la actual distribución de la
fauna y la flora en las dos Américas, en Europa y en las Islas Orientales,
representa semejante rompecabezas para los naturalistas que pero que puede ser
atribuido a estos factores.
Aparentemente
los hombres de Lemuria vivieron en la era de los reptiles y los bosques de
pinos. Incluso se descubrieron en excavaciones esqueletos de dinosaurios y se
vio que los bosques de pino y las palmeras fueron desplazando los grandes
árboles de helechos.
Los
conceptos en cuanto a los humanos de Lemuria difieren, ya que hay
investigadores que consideran que al comienzo eran más bien animales destinados
a convertirse en humanos, pero que durante las primeras cuatro sub-razas habían
conseguido suficiente conciencia de sí mismos como para diferenciarlos del
reino animal, pero que aún no habían recibido la Chispa Divina que les
otorgaría la mente e individualidad, en otras palabras, hacerlos verdaderos
humanos.
Por
consiguiente la evolución de la raza Lemuriana constituyo uno de los capítulos
más oscuros, como así también de los más interesantes en el desarrollo de la
humanidad, y no es que solamente adquirieron la verdadera humanidad sino que
también sufrieron grandes cambios físicos.
Se
considera que de la Segunda Raza Etérica se desarrolló la Tercera – los
Lemurianos. Sus cuerpos se habían hecho materiales, compuestos de gases,
líquidos y sólidos, los que constituyen las tres sub-divisiones más bajas del
plano físico, pero los gases y líquidos aún predominaban, porque su estructura
vertebral no se había solidificado aún en ósea como la nuestra, y por
consiguiente no podían pararse erectos. De hecho sus huesos eran como los de
los niños chicos y no fue hasta mediados del período Lemuriano que el hombre
desarrolló una estructura ósea sólida.
Para
explicar el proceso por medio del cual la forma etérica evolucionó hacia una
forma más física y finalmente hacia la estructura de hoy en día, solamente hace
falta referirse al átomo físico permanente. Así cada etapa de desarrollo fue un
proceso natural, porque fue un proceso que se llevó a cabo durante eras pasadas
hace mucho tiempo.
Los
órganos de la visión de estas criaturas, antes de que desarrollasen los huesos,
fueron de una naturaleza rudimentaria, por lo menos eso fue en cuanto a los dos
ojos del frente mediante los cuales buscaban el alimento en el suelo. Pero hubo
un tercer ojo en la parte trasera de la cabeza, que ahora se conoce como el
remanente atrofiado de la glándula pineal. Tal como sabemos esto ahora es
solamente un centro para la visión astral, pero en la época de la que hablamos
era el centro principal, no solamente de la visión astral sino también física.
En cierto
momento a mediados de la época Lemuriana el gigante cuerpo gelatinoso
lentamente comenzó a solidificarse y los miembros con los huesos débiles se
convirtieron en la estructura ósea. Ahora estaban en condiciones de estar
erectos y gradualmente los dos ojos en la cara se convirtieron en los órganos
de visión principales, aunque el tercer ojo siguió siendo en cierta forma un ojo
de visión física y lo siguió siendo hasta finales de la época Lemuriana. Por
supuesto siguió siendo un órgano que se utiliza para la visión psíquica. Esta
visión psíquica continuó siendo un atributo de la raza, no solamente durante
todo el período Lemuriano sino hasta bien avanzados los días de la Atlántida.
Un hecho
curioso para ser comentado es que al principio cuando obtuvieron el poder de
pararse y moverse en posición erecta, ellos podían caminar hacia atrás con la
misma facilidad que hacia adelante.
Los
hombres que pertenecían a una de las más avanzadas sub-razas, quizá la quinta,
medían entre 12 a 15 pies. La piel era muy oscura, siendo de un color marrón
amarillento. Tenía una larga quijada y una cara extrañamente achatada, los ojos
pequeños pero muy penetrantes y curiosamente distanciados entre sí, de modo que
podía mirar al costado como así también al frente, mientras que el ojo en la
parte trasera de la cabeza, donde por supuesto no había crecimiento de pelo, le
permitía ver también en esa dirección. No tenía frente, pero parecía tener un
rollo de carne en donde la frente tendría que haber estado.
Los
brazos y especialmente las piernas eran más largas que las nuestras y no podían
alinearse totalmente, ni en los codos ni en las rodillas. Sus manos y pies eran
enormes y el talón se proyectaba hacia atrás en una forma fea. La figura se
hallaba envuelta en una piel holgada, algo como la piel de un rinoceronte, pero
más escamosa, probablemente la piel de algún animal del cual sabemos solamente
a través de los remanentes fósiles.
Alrededor
de la cabeza, en la cual el cabello era corto, había otro rollo de piel al cual
se adherían motas de un rojo brillante, azul y otros colores.
En su
mano izquierda sostenía un asta afilado, el cual sin lugar a dudas era utilizado
para el ataque o la defensa. Era aproximadamente de la altura del cuerpo, o sea
unos 12 a 15 pies. En su mano derecha se hallaba retorcida una especie de
cuerda larga hecha de algún tipo de planta enredadera, con la que llevaba un
gran y horrendo reptil, semejándose de alguna manera a un Plesiosauro. En
realidad los Lemurianos domesticaban a estas criaturas y las entrenaban para
utilizar su fuerza para la caza de otros animales.
La
apariencia del hombre daba una impresión desagradable, pero no era totalmente
incivilizado, siendo el tipo de hombre común de aquel momento. Muchos eran
incluso de una apariencia menos humana que el que aquí hemos descrito, pero la
séptima sub-raza desarrolló un tipo superior, aunque no parecido a algún tipo
de hombre vivo hoy en día.
Mientras
que retenía la quijada pronunciada, los labios gruesos, la cara achatada y los
ojos de mirada extraña, para esta época habían desarrollado lo que se podría
denominar una frente, mientras que la extraña proyección del talón se había reducido
considerablemente.
En una
línea de esta séptima sub-raza se podría decir que la cabeza tuvo una forma
casi ahuevada, siendo la parte más reducida del huevo la parte superior, con
los ojos muy separados y casi a la altura de la parte superior. La estatura se
había reducido considerablemente y la apariencia de las manos, pies y
extremidades se asemejaban a los de los negros de hoy en día.
Esta
gente desarrolló una civilización importante y de larga duración y por miles de
años dominaban a las otras tribus que moraban en el amplio continente
Lemuriano, e incluso al final, cuando el decaimiento de la raza se estaba
produciendo, ellos se aseguraron un largo período por medio del casamiento con
los Rmoahals – la primer sub-raza de los Atlantes. Por supuesto con este cruce
de razas ellos adquirieron naturalmente un poder de desarrollo fresco.
Su
aspecto ahora se asemejaba un poco a los indios Americanos salvo que su piel
tenía un curioso tinte azulino que no se ve hoy en día. Por más asombrosos que
hayan sido estos cambios de estatura, consistencia y el aspecto del cuerpo
durante este período, la alteración en el proceso de reproducción es aún más
asombroso. Las referencias a los sistemas más bajos de los reinos de la
naturaleza nos pueden ayudar a la consideración de este tema.
La
formación de brotes de gérmenes evidentemente difiere poco de la reproducción
asexual, pero por otra parte está relacionado con un cuarto tipo de propagación
no sexual, lo que casi es una transición hacia la reproducción sexual, o sea,
la formación de células de gérmenes. Esta forma de propagación es el método
usual entre las plantas y animales más elevados.
Es
evidente que solo en un período tardío de la historia de la tierra se comenzó a
producir el cambio desde la andrógina hacia la criatura unisexual.
Por
supuesto es casi imposible describir las primeras sub-razas del período
Lemuriano como totalmente humanos. Solamente después de la separación de sexos,
cuando sus cuerpos se convirtieron en densamente físicos, es que incluso adquirieron
el aspecto humano.
Los
remanentes de la tercera raza raíz que aún habitan en la tierra pueden ser
reconocidos en los aborígenes de Australia, los Isleños de Andaman, algunas
tribus de las colinas de la India, los de Tierra del Fuego, los bosquimanos de
África y algunas otras tribus salvajes.
La parte
del continente Lemuriano en el cual se produjo la separación de los sexos, y en
donde las cuarta y quinta sub-razas florecieron, se encuentra en el más antiguo
de los dos mapas. Se hallaba al este de la región montañosa de la cual la
actual Isla de Madagascar formaba parte, y así ocupaba una posición central
alrededor del más pequeño de los dos grandes lagos.
Los
hombres de aquella época, aunque se habían hecho totalmente físicos, seguían
sin tener el habla. Por supuestos los ancestros astrales y etéricos de la
Tercera Raza Raíz no necesitaban producir una serie de sonidos a fin de
transmitir sus pensamientos, dado que vivían en condiciones astrales y
etéricas, pero cuando el hombre se hizo físico ya no podía seguir siendo mudo.
Se dice que los sonidos que emitieron estos hombres primitivos para expresar
sus pensamientos, se componían al principio casi totalmente de vocales. En el
lento desarrollo de la evolución los sonidos de consonantes gradualmente se
incorporaron en el uso, pero el desarrollo del idioma del primero al último
continente de Lemuria nunca alcanzó más allá de la fase monosilábica.
El idioma
Chino es actualmente el único gran descendiente lineal del antiguo idioma
Lemuriano.
En la
quinta sub-raza se había conseguido totalmente la separación de los sexos y los
hombres habitaban un cuerpo físico total, a pesar de que aún tenía una estatura
gigantesca. Las guerras ofensivas y defensivas con las monstruosas bestias ya
habían comenzado, y los hombres habían comenzado a vivir en chozas. Para
construir esas chozas derribaban árboles y los apilaban en una forma burda.
Al
principio cada familia separada vivía en su propio espacio abierto en la
jungla, pero pronto se dieron cuenta que era más seguro, como defensa contra
las bestias salvajes, el juntarse y vivir en pequeñas comunidades. Sus chozas
también, que habían sido formado de los troncos crudos de árboles, ahora
aprendieron el empleo de grandes piedras para su construcción, mientras que las
armas que empleaban para defenderse contra los Dinosaurios y otras bestias
salvajes, eran lanzas de madera afiladas.
Hasta
este momento la agricultura era desconocida y el empleo del fuego no había sido
descubierto. Ahora que caminaron erguidos muchos de los árboles salvajes del
bosque les ofrecían sus nueces y bayas, pero su alimento principal era la carne
de las bestias y reptiles que mataban, que era arrancada y devorada.
Pero
ahora se produjo un evento preñado de consecuencias por demás trascendentales
para la historia de la raza humana. Un evento demasiado lleno de importancia
mística, porque su narración hace surgir a Seres que pertenecían a sistemas de
evolución totalmente diferentes y que sin embargo llegaron en esta época para
asociarse con nuestra humanidad.
Aunque el
descenso de estos Seres dentro de cuerpos humanos no es el evento principal al
que hay que referirse, es necesario intentar explicar algo de su causa y
resultado. El nombre de estos seres es “Lhas” y se da a entender que fueron la
altamente evolucionada humanidad de algún sistema evolutivo que había recorrido
su epopeya en un pasado infinitamente lejano. Ellos habían alcanzado una
elevada etapa de desarrollo en su cadena de mundos, y dado que su disolución se
había producido en eras distintas en la bendición de la condición Nirvánica.
Pero su karma necesitaba ahora regresar a un cierto campo de acción y de causas
físicas, y dado que no habían aprendido aún completamente la lección de la
compasión, su labor actual se convirtió ahora en ser guías y maestros de la
raza Lemuriana, que en ese momento precisaban toda la ayuda y orientación que
pudiesen conseguir.
Pero
otros Seres, en este caso voluntariamente, asumieron también la labor. Estos
llegaron del esquema de evolución que tiene a Venus como su único planeta
físico. Este esquema ya ha llegado a la séptima Ronda de sus planetas y por
consiguiente su humanidad estaba a un nivel mucho más elevado que el que la
humanidad ordinaria de este planeta había conseguido. Ellos son “divinos”
mientras que nosotros somos solamente “humanos”.
Tal como
hemos visto, los Lemurianos en aquel entonces simplemente estaban al borde de
conseguir la verdadera hombría. Era para cubrir una necesidad temporaria – la
educación de nuestra humanidad infantil – que estos Seres divinos llegaron.
Bajo su
orientación e influencia los Lemurianos rápidamente crecieron en su avance
mental. El apasionamiento de sus mentes con sentimientos de amor y reverencia
hacia aquellos a los que sentían que eran infinitamente más sabios y grandiosos
que ellos mismos, hizo que naturalmente hiciesen esfuerzos para imitarlos, y
así se logró el avance del crecimiento mental lo que transformó la capa
superior mental en un vehículo capaz de llevar las características humanas de
una vida a otra, garantizando así el flujo de la Vida Divina, lo que le
brindaba al receptor de inmortalidad individual.
Sin
embargo, se tiene que considerar una gran distinción entre los seres exaltados
que llegaron de Venus y de los que se describen como una humanidad altamente
evolucionada, proveniente de algún sistema de evolución anterior.
Los de
Venus, como se ha visto no estaban sujetos a un impulso kármico. Ellos llegaron
como hombres para vivir y trabajar entre ellos, pero no estaban forzados a
asumir sus limitaciones físicas, estando en condiciones de proveer vehículos
adecuados para ellos mismos.
Por el
otro lado los Lhas habían nacido actualmente en los cuerpos de la raza que
existía en aquel entonces. Hubiera sido mejor para ambas partes y para la raza
si no hubiese habido duda de parte de ellos en asumir su labor kármica, porque
el pecado de los autómatas y todas sus consecuencias podrían haber sido
evitadas. Su labor también hubiera sido más fácil, porque la misma no consistía
solamente en actuar como guías y maestros, sino en mejorar el tipo de la raza –
en resumen, el avanzar en la evolución de la forma de mitad humano, mitad
animal que reinaba entonces, o sea hacia el cuerpo físico del hombre a ser.
Los
puestos ocupados por los seres divinos de Venus naturalmente eran los de
gobernadores, instructores de religión y maestros del arte. Bajo la guía de
estos seres la gente comenzó a conocer el uso del fuego, y la forma en la que
podía ser logrado, primero por fricción y más adelante por medio del empleo de
pedernales y hierro.
Se les
enseñó salir en búsqueda de metales, de fundir y moldearlos y en lugar de
lanzas de madera afilada, ellos ahora comenzaron a utilizar lanzas con puntas
metálicas afiladas. También se les enseñó a excavar arar el suelo y de cultivar
las semillas de grano salvaje hasta que su tipo mejoró. Este cultivo siguió
perdurando durante muchas eras hasta que evolucionó consiguiendo los diversos
cereales que ahora poseemos. Pero aquí se tiene que notar una diferencia. El
trigo no evolucionó en este planeta como los otros cereales. Fue un regalo de
los seres divinos que lo trajeron de Venus, listo para el alimento del hombre.
El trigo tampoco era el único regalo. La única forma animal que no ha
evolucionado en nuestra cadena de mundos, es la de la abeja. La misma también
había sido traída de Venus.
Los
Lemurianos ahora también aprendieron el arte de hilar y de tejer telas con las
cuales vestirse. Estos fueron hechos por el rústico pelo de una especie de
animal que ahora se ha extinguido, pero que tenía una cierta semejanza con las
llamas de hoy en día. Tal como se detalló los primeros artículos de vestimenta
de los Lemurianos fueron de la piel sacada de los animales que se cazaban.
Estas pieles aún seguían utilizándose en las partes más frías del continente,
pero ahora aprendieron a curar y ablandar la piel en una forma primitiva.
Una de
las primeras cosas que se les enseñó a la gente fue el empleo del fuego para
sus comidas, y sus formas de preparación, ya sea de la carne cruda o de los
granos, son casi análogas a las que según escuchamos, existen hoy en día entre
las comunidades salvajes.
Con
referencia al regalo del trigo traído tan maravillosamente de Venus, los
gobernadores divinos seguramente se dieron cuenta que era aconsejable de
iniciar la producción de semejante comida para la gente, porque ellos deben haber
sabido que harían falta muchas generaciones hasta que el cultivo de las
semillas salvajes podría proveer un suministro apropiado.
Como la
gente era ruda y bárbara, los que tuvieron el privilegio de entrar en contacto
con sus maestros divinos, naturalmente se hallaron inspirados con semejantes
sentimientos de reverencia y adoración, como para sacarlos de su condición de
salvajes.
Más
adelante durante la última parte de la sexta y de la séptima sub-raza ellos
aprendieron a construir grandes ciudades. Aparentemente fueron de una
arquitectura ciclópea, correspondiendo al tamaño gigantesco de la raza. Las
primeras ciudades fueron construidas en esa extensa zona montañosa del
continente, lo cual incluía, como se podrá ver en el primer mapa, la actual
isla de Madagascar.
Tal como
se describe en la “Doctrina Secreta” (Vol. II, p. 317) otra gran ciudad fue
construida enteramente de bloques de lava. Se hallaba a unas 30 millas al oeste
de las actuales Isla de Pascua, y más adelante fue destruida por una cantidad
de erupciones volcánicas. Las gigantescas estatuas de la Isla de Pascua – la
mayoría de las cuales mide unos 27 pies de altura y 8 pies de ancho de hombros
– probablemente representaban no solamente la altura sino las facciones de
aquellos que las tallaban, o quizás las de sus ancestros, porque es probable
que estas estatuas fueron construidas en las épocas más tardías de
Lemuria/Atlántida.
Se podrá
observar en el mapa del segundo período de que el continente del cual la Isla
de Pascua formaban parte, se había quebrado y la Isla de Pascua por sí mismas
se convirtieron en una isla relativamente pequeña, aunque de mayores
dimensiones de las que tiene hoy en día.
Surgieron
civilizaciones de relativa importancia a lo largo de las distintas partes del
continente y de las grandes islas, donde los habitantes construyeron ciudades y
moraban en comunidades establecidas, pero por otro lado grandes tribus, que
eran parcialmente civilizados, continuaron con una vida nómade y patriarcal;
mientras que otras partes de la isla, en muchos casos menos accesibles, tal
como lo es en la actualidad – estaban poblados por tribus de un tipo
extremadamente bajo.
En cuanto
a la religión, con una raza de hombres tan primitivos, hubo poco lo que se
podía enseñar, aunque las simples reglas de conductas y los preceptos más
simples de la moral eran todo lo que eran capaces de entender y practicar. Es
verdad que durante la evolución de la séptima sub-raza sus instructores divinos
les enseñaron una forma primitiva de adoración e impartieron el conocimiento de
un Ser Supremo cuyo símbolo era representado por el Sol.
La
destrucción del continente, al contrario de lo que pasó con la Atlántida – que
se sumergió debido a grandes mareas, el continente de Lemuria pereció a raíz de
la actividad volcánica. El mismo fue barrido por las cenizas ardientes y el
rojo polvo ardiente de numerosos volcanes.
Es cierto
que los terremotos y erupciones volcánicas anunciaron las grandes catástrofes
que le pasaron a la Atlántida, pero cuando la tierra había sido sacudida y
desgarrada, el agua penetró y completó el trabajo, y la mayoría de los
habitantes se ahogaron.
Por el
otro lado los Lemurianos en su mayor parte perecieron a raíz del fuego y la
sofocación. Mientras que otro gran contraste entre el destino de Lemuria y de
la Atlántida fue que cuatro grandes catástrofes sellaron el destino de la
última, Lemuria fue lentamente carcomida por los fuegos internos, y desde la
fecha en la que se inició el proceso de desintegración hacia fines del período
del primer mapa, no hubo cese en las actividades volcánicas que fueron
incesantes, mientras que la secuencia invariable fue la total desaparición de
la tierra, tal como pasó con el Krakatoa en 1883.
Similar a
ello fue la erupción del Mount Pelee que produjo la destrucción de Saint
Pierre, la capital de Martinique, hace unos años atrás, que la serie de
catástrofes volcánicas en el continente de Lemuria puede ser comparada con la
descripción dada por algunos sobrevivientes de Saint Pierre. “Una inmensa nube
negra irrumpió repentinamente del cráter del Monte Pelee y se extendió con una
velocidad tremenda sobre la ciudad, destruyendo todo – habitantes, casas y
vegetación – lo que encontraba a su paso. En dos o tres minutos que tardó su
paso, la ciudad fue una pila ardiente de ruinas.
Actualmente
se sabe que en el Monte Pelee no había un lago de lava derretida, sino que una
columna sólida de roca roja caliente se estuvo elevando lentamente en una gran
montaña puntiaguda cónica, hasta que finalmente rebalsó la vieja cúspide de la
montaña. Tenía una altura de aproximadamente 100 pies y estuvo creciendo
lentamente a raíz de la presión desde el interior, mientras que de tanto en
tanto se producían explosiones de vapor, arrancando grandes pedazos del pico o
de los costados. Posteriormente el vapor quedaba liberado dentro de esa masa
mientras se enfriaba, y la roca pasaba entonces a una condición peligrosa y
altamente explosiva, de forma que tarde o temprano se producía una explosión
que hacía tambalear una gran parte de la masa convirtiéndola en fino polvo rojo
caliente. (The Times, 14 Sept. 1903)
Hay
muchísima más información que podría ser extraída de distintas bibliografías,
pero creo que esto brinda un panorama general bastante completo. Debido a que
hay muchos autores con bibliografías divergentes, este mensaje se extendería
demasiado sin poder decir con ciencia cierta qué es lo real y lo que no lo es.
Así que prefiero cerrar aquí.
Bibliografía:
William
Scott-Elliot: La Historia de la Atlántida y la Lemuria Perdida
"Lemuria" 20.000 A.C
Cuando hablamos de Lemuria y su relación con el Monte Shasta nos referimos
por un lado al nacimiento de las antiguas civilizaciones indígenas americanas
(descendientes directos de Lemuria) y por el otro a la creencia de que los
ascendidos lemures habitaron en el interior del Monte sagrado, que además está
considerado como un vórtice energético y al que se asocia con las
civilizaciones intraterrenas.
También se han producido avistamientos de objetos voladores no
identificados, luces y sonidos extraños provenientes del subsuelo, asociados a
los intras.
Lemuria fue una antigua civilización que existió antes y durante el período
de la Atlántida. Físicamente se cree que existió en un enorme continente a lo
largo del Sur del Océano Pacífico, entre Norteamérica, Asia y Australia.
Lemuria es también conocida como Mu o la Madre Tierra de Mu.
Se cree que existió aproximadamente desde 98.000 años antes de Cristo, al
8.000 antes de Cristo y durante el período de la Atlántida.
La gente de Mu pasó por muchas faces durante su civilización. Se sabe que
eran personas muy avanzadas cultural y espiritualmente.
El Firmamento y Lemuria
El término "firmamento" ha sido mencionado históricamente en
muchas oportunidades, pero una nube de misterio rodea la verdadera naturaleza
de este concepto.
Para los lemures el "firmamento era un estrato de agua congelada sobre
la superficie de la Tierra. Era un gran escudo cristalino en dos secciones. Una
situada entre 15.000 y 18.000 pies y la otra entre 35.000 y 38.000 pies de
altura sobre la superficie terrestre.
Era como un lente de cristal claro. En un determinado momento del día cuando
la luz reflejaba en él servía como espejo del mundo que estaba debajo. Todos
los llamados "Templos de Cristal" del mundo lo sostenían.
Originalmente el Firmamento fue construido por la primera civilización
etérica que llegó a la Tierra hace aproximadamente 35 millones de años. Fue
construido para proteger al planeta de la radiación solar y otras radiaciones
nocivas del Cosmos.
El Firmamento fue mantenido, roto y re establecido tantas veces como diferentes
civilizaciones e invasiones hubo en el lugar.
La ausencia de climas
diferentes
Cuando el Firmamento existía estuvo bajo las órdenes de una jerarquía
espiritual, los cuales construyeron los Templos de Cristal de acuerdo a sus
deseos. Estos templos cumplieron diversas funciones para la atmósfera del
planeta. En primer lugar bajaban la radiación y los niveles de calor para que
el clima de la Tierra desde el Polo Norte al Polo Sur estuviera dentro de los 5
grados de diferencia. De esta manera los trópicos estaban alrededor de los 70 º
farenheit y las regiones polares 5 º por debajo.
No existian grandes capas de hielo en las regiones polares, como tenemos
hoy.
En segundo lugar, la otra diferencia era la ausencia de viento y nubes.
Al no haber nubes todos los días eran soleados. Los suaves vientos sólo
llegaban a las 5 o 7 millas por hora. No había tormentas, ni lluvias.
La fuente inagotable de la
energía prana
La atmósfera completa del Firmamento fortalecía la mente y el cuerpo desde
que la radiación energética almacenaba prana en él. Luego el prana fluía a
través del firmamento y lo mantenía casi como si este fuera un gran acumulador
de energía.
Los cuerpos de las criaturas que existían en el planeta eran vigorizados por
esta energía. El calor y la radiación que causaban deterioro en los cuerpos se
mantenían alejados de la superficie del planeta.
Otra cosa era que las estrellas se veían aumentadas a través del firmamento
por lo que el cielo se veía como a través de un gran telescopio.
El firmamento prevenía de esta forma una atmósfera desolada y con
diferencias climáticas.
Después del colapso del firmamento la radiación comenzó a acortar y
modificar la la parte física del ser humano y gradualmente esto limitó el
tiempo de vida. De hecho, relatos bíblicos hablan de personas muy longevas.
Esto no es más que la protección brindada por el firmamento. La atmósfera de
hoy en día no protege la vida como alguna vez lo hizo el firmamento.
Conflictos
Lemuria y Atlántida establecieron un conflicto entre ellas debido a la lucha
por el control del poder en el mundo.
Inicialmente la estrategia consistía en destruir los Templos de Cristal del
enemigo. Sin embargo no tuvieron en cuenta los efectos que provocaría la
desestabilización del Firmamento.
Los ataques fueron hechos en forma simultánea sobre los Templos de Cristal y
por lo tanto desorganizaron la estructura del Firmamento en los cielos. Esto
provocó la destrucción del Firmamento y la consecuente caída de miles de
millones de litros de agua desde el cielo. Este fenómeno se conoce bíblicamente
como el Diluvio Universal, que no implicó solamente los 40 días de ardua lluvia
sino que fue el comienzo de un nuevo mundo.
La Era lemuriana
La mejor manera de marcar el comienzo de la Era hiperbórea es cosiderar el
trágico fin de la Era Polar, la cual marcó el final de la Era de los
dinosaurios, hace 65.000.000 de años atrás. Aunque algunos saurios pasaron a la
Era siguiente y convivieron con el hombre.
El origen de la Era lemuriana ha fascinado a muchos estudiosos de la
historia por mucho tiempo. Lo primero a tener en cuenta es que la época de la
Era Lemuriana abarcó muchos cambios climáticos, geográficos, de fauna y flora
que marcaron la diferencia entre los primeros y los últimos lemures.
Los primeros habitantes eran hiperbóreos (vivían en los polos), nómades y
precisamente, la diferencia entre los hiperbóreos y los primeros lemures fue la
tendencia a asentarse en los lugares que elegían.
Durante las últimas fases de la era hiperbórea los grupos nómades viajaban
constantemente, mudándose de lugar cuando el entorno se deterioraba o para
escapar del cataclismo volcánico y la polución atmosférica. La crisis
progresiva precipitó los viajes para protegerse de los desastres naturales, que
llegó a su punto cúlmine 35.000.000 de años atrás.
Muchos de los grupos sobrevivientes viajaron hacia el Este y los pequeños
clanes hiperbóreos se dirigieron a lo que hoy es Asia, viviendo en pequeños
grupos o asentamientos, hasta que algunos de ellos llegaron a la tierra que
nosotros llamamos Lemuria.
Los primero lemures fueron inflexibles de carácter. Su actitud debió pasar
por varias transformaciones atravesando diversos estados de conducta. Desde
expresiones reconfortantes, estados de relax y júbilo hasta estados de egoísmo
puro. Estas son generalidades que no se aplican a las entidades avanzadas
espiritualmente.
Al principio la vida era muy simple y apreciaban su buena calidad.
Su físico era muy delicado para digerir comida sólida, por lo tanto se
alimentaban a base de frutas frescas y hierbas. Gradualmente sus vidas fueron
mejorando. Existió una profunda interacción entre ellos y sus amigos los devas,
generando ondas telepáticas entre ellos y la mayoría de las especies animales.
El apogeo de
Lemuria
Aproximadamente 14.000 años atrás, la cultura conocida como Lemuria, estaba
en pleno apogeo. Había otras culturas como la Atlántida que también estaban en
su apogeo.
Los profetas de la cultura lemuriana comenzaron a percibir que algo habría
de cambiar. Recibieron información acerca de que la Tierra pasaría por cambios
dramáticos, provocados por un Gran Diluvio.
La gente sagrada de Lemuria estaba muy conectada con la Tierra. Ellos eran
los ancestros de los nativos americanos y esto es muy importante ya que los
conocimientos de Lemuria fueron preservados por ellos.
Como los lemurianos estaban preparados para el cataclismo que se avecinaba
comenzaron a enseñar acerca de los secretos de la Tierra y de la humanidad a
todas las personas que fuera posible. Ellos creían que de este modo la
información sería almacenada en las células de los cuerpos humanos y por lo
tanto la información jamás sería olvidada.
También comenzaron a almacenar información en los cristales. Estos eran
guardados a grandes profundidades en la Tierra para que la información fuera
preservada. A su vez los antiguos lemures comenzaron a crear mapas con detalles
muy precisos de los túneles subterráneos que existían entre los diferentes
puntos de poder en el planeta.
Sabían que recibirían una señal diciéndoles que era el tiempo de ir a esos túneles
antes de que el Gran Diluvio llegara. Por eso se prepararon durante miles de
años para ser los guardianes sagrados de los secretos de la Tierra. Y esto
debían hacerlo antes de que se produjera el Gran Diluvio, de lo contrario la
historia entera de la humanidad y las sagradas enseñanzas lemurianas se
perderían para siempre.
Finalmente llegó el momento y se dirigieron a los túneles. Esto ocurrió
aproximadamente un año antes del Gran Diluvio.
Mientras estaban bajo tierra tuvieron que aprender a vivir allí y hacer uso
de lo que la Tierra les ofrecía para poder sobrevivir. Es así como construyeron
grandes comunidades basadas en el amor y la comprensión. Durante aquel año
realizaron la tarea final; preservar todo el conocimiento que era necesario
resguardar.
Cuando llegó el Diluvio, toda la gente que se encontraba bajo tierra se
salvó de la catástrofe, Los que estaban en la Tierra perecieron. Cuando el agua
cesó, salieron a la superficie. La Tierra que ellos conocían ya no era la
misma. Y este emerger de la Tierra es el punto de partida que los nativos
americanos utilizan para hablar de la historia de la Creación. En un sentido
muy literal ellos emergieron de la Tierra. Muchos de los nativos han perdido la
memoria literal de este emerger, pero dentro de los más altos rangos de
chamanes este conocimiento se perpetúa.
Este es el punto de vista de los nativos americanos. Pero ellos no eran los
únicos que habitaban los túneles. Toda la gente con elevados conceptos
espirituales del planeta estaban allí. Los aborígenes australianos y aquellos
que después se convertirían en los druidas en Inglaterra estaban allí
preservando sus conocimientos.
Los druidas preservaron la información de los antiguos habitantes de la
Atlántida. Pero los nativos de la zona del Pacífico, incluyendo Asia, fueron
los que preservaron la información correspondiente a Lemuria. Estos nativos aún
hoy guardan dentro de sí los sagrados conocimientos. Mucho de esto es
conciencia y mucha información está almacenada en el subconsciente.
La tribu Ainu, de Japón es uno de los grupos que preservaron estos
conocimientos. Todos juntos formaron un grupo humano basado en la cooperación
con el fin de preservar las sagradas enseñanzas.
El
conocimiento ancestral
Los profetas sabían que cuando el catlaclismo pasara la humanidad se
alejaría de las sagradas enseñanzas. A su vez también sabían que durante este
tiempo las enseñanzas permanecerían ocultas . Cuando el ciclo llegara a su fin,
las enseñanzas volverían a emerger y serían transmitidas a cada una de las
personas. Y esto es lo que está ocurriendo en este momento. Si visitamos
lugares sagrados como el de los nativos americanos, Perú o Egipto es porque
estamos sintiendo que estos conocimientos ancestrales comenzaron a emerger para
contactarse con nosotros y debemos encontrar el modo a través del cual nuestra
memoria pueda recordar. Y lo podemos hacer indagando en nuestra sabiduría
espiritual. Los antiguos maestros nunca sintieron la necesidad de hacer que la
gente creyera en las enseñanzas sagradas. Sin embargo esto pasó después del
Diluvio. Los antiguos tenían su propia sabiduría espiritual la cual nunca se
ponía en discusión.
Aquellas creencias básicas estaban basadas en la aceptación de un poder
supremo y del amor y respeto por nuestros semejantes y por la Tierra. Estos son
los conceptos básicos de la espiritualidad.
Los nativos americanos hacían algo que se conoce como "La danza de la
lluvia". Hoy el significado de la ceremonia se ha perdido. Actualmente la
creencia es que la danza hacía llover. Sin embargo en aquellos días la danza de
la lluvia era mucho más que eso. Los nativos no hacían la danza para que
lloviera sino porque podían de este modo conectarse con la energía del medio
ambiente y formar parte de él y celebrar la lluvia. Y esto marca una sutil
diferencia con la creencia popular, porque su rito significa sentirse
"Uno" con la Madre Tierra.
Snake
People
La gente que se hacía llamar Snake, que en inglés significa
"serpiente", era un pueblo muy antiguo.
Existieron aproximadamente hace 6000 años atrás. Eran descendientes de los
lemurianos, particularmente descendían de los guardianes sagrados de Lemuria.
La serpiente se utilizaba como símbolo de la sabiduría. Mitológicamente
existe un lugar sagrado llamado Montezuma, considerado como un punto emergente
de los antiguos lemurianos. A su vez Sedona es también uno de los lugares donde
se encontraban guardados los registros de la humanidad. Después de que ellos
emergieron del mundo subterráneo, su civilización vivió en lo alto de los
peñascos. En aquel momento Sedona era una cadena de islas. Aquí se encontró una
vasta cantidad de cristal de cuarzo en las rocas rojizas y todos sabemos que el
cuarzo puede almacenar información y conocimientos ancestrales.
Sedona fue elegida como punto de emergencia a causa de la gran cantidad de
cuarzo que existe en el área. Los Snakes eran los encargados de almacenar la
información y los conocimientos de Lemuria en los cuarzos.
Uno se podría preguntar si existen las ruinas de los templos de Lemuria en
Sedona. Se dice que existen evidencias físicas de templos en el lugar que están
muy erosionados y no podrían reconocerse como remanentes de los templos. Sin
embargo energéticamente aquellos templos existen. Se puede acceder a ellos
mediante técnicas mentales avanzadas, meditación o por sueños.
Existen diversas razones por la cual la gente se siente atraída a visitar
estos lugares y es el hecho de que si bien no han estado físicamente con
anterioridad en estos lugares es porque sienten familiaridad con su energía.
Interdimensionalmente estos templos lemurianos existen aquí.
Otras de la preguntas que podríamos hacernos es si existe alguna conexión
entre aquellos que sobrevivieron al Gran Diluvio y los extraterrestres. Los
estudiosos del tema dicen que la gente que fue a los túneles subterráneos
podría estar asociados, con lo que nosotros llamamos Energía Sirian. Su símbolo
era la serpiente y también cumplieron el rol de guardianes de la sagradas
enseñanzas. Entre aquellos que permanecieron en la superficie y sobrevivieron
al Diluvio quedaron dos bandos.
Uno de ellos se orientarían a la energía que provenía de Sirio. Se
caracterizaban por sentir amor a la humanidad, el deseo de paz y de
conocimiento espiritual. El otro bando estaba más alineado con lo que
llamaríamos la influencia de Lira. Ellos fueron los únicos que quedarían al
poder. Alguno de ellos eran los que ocupaban posicionesde poder en la Ciudad de
la Atlántida.
Los
nativos americanos preservan los
conocimientos
conocimientos
A través de la historia existieron conflictos entre los guardianes de los
conocimientos y aquellos que estaban hambrientos de poder. Por esta razón,
cuando paró el Diluvio, los conflictos comenzaron nuevamente. La gente que
ahora es nativa americana no se integraron con el resto del mundo. Se
mantuvieron separados para asegurarse de que los conocimientos fueran
preservados. Con esto decimos que cada búsqueda espiritual de la verdad afecta
por completo al planeta. Este momento que denominamos La nueva Era es la
conclusión de miles de años de conflicto.
Se dice que cuando paró el Diluvio Universal, la mitad de aquellos que
estaban en los túneles emergieron, los otros prefirieron quedarse ya que no se
sentían seguros de estar a salvo en el nuevo mundo. Aquellos que emergieron
vieron que el conflicto estaba comenzando una vez más en la superficie
terrestre. La gente que siguió en los túneles permaneció allí por varias
generaciones formando grupos solidarios con conceptos espirituales muy
elevados. A ellos solemos llamarlos "intras".
Los intras construyeron su propia sociedad
totalmente independientes de otros y en un sentido muy específico han mutado
para adaptarse a la vida intraterrenal. Sus vidas son longevas ya que tienen un
promedio de vida de 600 a 800 años. En términos de longevidad durante el
período del Diluvio, su duración máxima de vida era mucho más larga que otros.
Esto dependía de las características genéticas de cada individuo.
Muchas
gracias Lluis por tus diseños exclusivos sobre Lemuria para La Cueva de Cristal
Un
especial agradecimiento a nuestra gran amiga Delfy Duval
Billy
y Mónika Leffler
Edgar Cayce no sólo propuso una
interesante cronología en relación con los cataclismos Atlantes, mucho más
cercana a la posible realidad que la de Scott Elbot, sino que informó
ampliamente sobre el avance técnico de nuestros ancestros. Nos habló, por
ejemplo, del poder de los cristales y de rayos super cósmicos. ¿Tecnología
avanzada como la nuestra?
Si las catástrofes geológicas a las que se refería Cayce, ya suponían un
gran desafío para las nociones científicas de su época, mucho más lo era
describir las fuentes energéticas que activaban los barcos, submarinos y
aviones de la civilización Atlante. Sin embargo, no pareció equivocarse
demasiado. Los hombres con características anatómicas modernas ya estaban
dispersos por el planeta hace unos 50.000 años, fecha próxima a la que indicó Cayce
para la primera destrucción de la Atlántida.
Las demás, en las que Cayce sitúa los
cataclismos posteriores, concuerdan con las de los geólogos sobre las
inversiones de los polos magnéticos, cambios climáticos, terremotos, períodos
de actividad volcánica y extinciones, de forma que sus visiones que
anticiparon muchos de éstos y de otros descubrimientos científicos, no
parecen puramente imaginarias.
Sus relatos sobre la utilización de alta tecnología, especialmente
referida a cristales, resultaban hace tiempo más difíciles de aceptar, sobre
todo cuando se refiere a ellos como acumuladores de información y energía
para su uso posterior, pero hoy ya no resultan tan absurdos. |
En la misma línea de Cayce,
el psíquico Dale Walker, ha indicado que los cristales se utilizaban
para convertir la energía solar en electricidad... Su increíble poder y
esplendor fue posible gracias a la ciencia de los cristales. El descubrimiento
del uso de los cristales para controlar la increíble reacción energética entre
materia y antimateria, dio lugar a los vuelos espaciales.
Más detallado aún es el relato ofrecido por el psíquico Michael Gary Smith,
según el cual éstos disponían de pantallas mágicas, en las que podían ver
cuanto sucedía en cualquier punto de la Tierra. Asimismo poseían bolas de luz
que se encendían y apagaban con un simple movimiento de la mano. Otro de los
maravillosos inventos de esta civilización era un carro sin caballos que
lanzaba un rayo de fuego, blanco por delante y rojo por detrás. Esta
civilización creció hasta tal punto que disponían de barcos para llegar a casi
cualquier punto de la tierra. Tampoco hay que olvidar los mágicos pájaros de
plata donde la gente viajaba a través del cielo, a velocidades altísimas. Y más
aún, existen indicios de que en la Atlántida había naves
espaciales capaces de abandonar la atmósfera terrestre y llegar a la Luna y a
otros planetas. Otro campo de la ciencia de la antigua Atlántida, era la
posibilidad de crear seres humanos iguales a nosotros y el uso de máquinas
mentales subatómicas.
Una tecnología tan puntera tenía que ir inevitablemente acompañada de
una medicina muy avanzada. Según él, tenían un pequeño instrumento que cabía en
la palma de la mano del paciente y consistía en un cristal con una capucha de
cobre en cada extremo: El médico podía leer el color del aura o del campo
biomagnético del paciente mediante este cristal y diagnosticar la dolencia,
explica Smith.
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