domingo, 1 de noviembre de 2015

La historia del continente Lemuriano

En base a informes obtenidos de los Registros Akáshicos y por las evidencias disponibles de la geología y la distribución relativa de animales vivos y extintos, como así también por la evolución física de los reinos inferiores, la ciencia reconoce hoy en día que lo que ahora es tierra seca en la superficie del planeta, esto antiguamente fue el fondo del mar y lo que ahora es el fondo del mar una vez fue tierra seca.
    Debido a los cambios geológicos de la corteza terrestre a lo largo de los siglos se han producido elevaciones y depresiones terrestres, algunas más pronunciadas en un lugar que en otro. Desde la existencia del planeta hace muchos millones de años, la tierra y el agua han estado en lucha constante por la supremacía. Continentes e islas enteras se han hundido en el agua y otras han surgido. Lagos y mares se han elevado lentamente, terminando por secarse y nuevas cuencas de agua se han formado debido al hundimiento de la tierra.
    De acuerdo a la interpretación general y a mapas antiguos en algún momento prehistórico ha existido un continente con el nombre de Lemuria. Sin embargo nada es más equivocado que los límites y las fronteras que se nos han enseñado durante nuestra juventud en las lecciones de geografía, las que carecían de toda base geológica.


   Aquí se incluye un mapa del mundo el cual muestra a Lemuria en su extensión más grande:




En base a los Registros de los Archivos Akáshicos ha sido posible obtener estos dos mapas que representan a Lemuria durante su período de mayor extensión y el otro que figura más abajo que muestra a Lemuria quebrantada por grandes catástrofes, pero en una época muy anterior a su destrucción final.
    Nunca se manifestó que los mapas obtenidos son totalmente exactos y no se sabe si los mismos fueron preparados por algunos instructores divinos durante los días en los que Lemuria aún existía, o si son originarios de la época posterior de la Atlántida.
Se considera que la duración probable del Continente de Lemuria se extiende aproximadamente de entre cuatro a cinco millones de años, lo que representa la vida del Continente de la Atlántida, porque es alrededor de ese tiempo que los Rmoahals, la primer sub-raza de la Cuarta Raza Raíz, que habitaba en la Atlántida, surgieron en una parte del Continente de Lemuria que aún existía en aquel momento.
    Lo que se ve a continuación es un mapa de lo que parece haber sido Lemuria en una fecha posterior:





En base al proceso evolutivo en el cual el número cuatro representa el período de menor duración, se puede asumir que el número de millones de años que se pueden asignar al Continente de Lemuria debe ser mucho mayor del que se asigna a la Atlántida, el continente de la Cuarta Raza Raíz. Pero en el caso de Lemuria no hay fechas que se pueden asignar con una certeza aproximada.
    Al no tener asignadas épocas geológicas los mapas, sin embargo se puede deducir de toda la evidencia que se nos presenta que el más antiguo de los dos mapas de Lemuria representa la configuración de la tierra que alcanza hasta la época jurásica, mientras que el segundo mapa representa la configuración de la tierra a través de los períodos de los cretáceos y del eoceno (época de los mamíferos).
Del mapa más antiguo se puede apreciar que el continente ecuatorial de Lemuria casi circundaba al globo, extendiéndose en aquel entonces desde el punto donde actualmente se encuentran las Islas del Cabo Verde a unas pocas millas de la costa de Sierra Leone, en una dirección sudeste a través de África, Australia, las Islas de la Sociedad y todas los mares intermedios, hasta un punto a pocas millas de distancia de una gran isla continente (aproximadamente del tamaño actual de América del Sur) que se extendía por el resto del Océano Pacífico y incluía Cabo del Horno y partes de la Patagonia.
Una característica notable del segundo mapa de Lemuria es su gran longitud, y en partes la extrema angostura de los estrechos que separaban los dos grandes bloques de tierra, en los que el continente se había separado en un momento del tiempo. Se podrá observar que los estrechos que actualmente existen entre las islas de Bali y Lomboc coinciden con una porción de los estrechos que en aquel entonces dividían a los dos continentes.
    En cuanto a la flora y fauna hay muchos tipos que existen tanto en la India como en grandes trechos de África, dado que, como se podrá observar en el primer mapa, hubo una comunicación terrestre directa, la cual fue parcialmente mantenida durante el período que abarca el segundo mapa, y que semejante comunicación existía también, de acuerdo a mapas de la Atlántida, durante una época u otra, entre tantas partes diferentes de la superficie terrestre, pero en zonas que actualmente se hallan separadas por el agua, que la actual distribución de la fauna y la flora en las dos Américas, en Europa y en las Islas Orientales, representa semejante rompecabezas para los naturalistas que pero que puede ser atribuido a estos factores.
Aparentemente los hombres de Lemuria vivieron en la era de los reptiles y los bosques de pinos. Incluso se descubrieron en excavaciones esqueletos de dinosaurios y se vio que los bosques de pino y las palmeras fueron desplazando los grandes árboles de helechos.
    Los conceptos en cuanto a los humanos de Lemuria difieren, ya que hay investigadores que consideran que al comienzo eran más bien animales destinados a convertirse en humanos, pero que durante las primeras cuatro sub-razas habían conseguido suficiente conciencia de sí mismos como para diferenciarlos del reino animal, pero que aún no habían recibido la Chispa Divina que les otorgaría la mente e individualidad, en otras palabras, hacerlos verdaderos humanos.
Por consiguiente la evolución de la raza Lemuriana constituyo uno de los capítulos más oscuros, como así también de los más interesantes en el desarrollo de la humanidad, y no es que solamente adquirieron la verdadera humanidad sino que también sufrieron grandes cambios físicos.
    Se considera que de la Segunda Raza Etérica se desarrolló la Tercera – los Lemurianos. Sus cuerpos se habían hecho materiales, compuestos de gases, líquidos y sólidos, los que constituyen las tres sub-divisiones más bajas del plano físico, pero los gases y líquidos aún predominaban, porque su estructura vertebral no se había solidificado aún en ósea como la nuestra, y por consiguiente no podían pararse erectos. De hecho sus huesos eran como los de los niños chicos y no fue hasta mediados del período Lemuriano que el hombre desarrolló una estructura ósea sólida.
Para explicar el proceso por medio del cual la forma etérica evolucionó hacia una forma más física y finalmente hacia la estructura de hoy en día, solamente hace falta referirse al átomo físico permanente. Así cada etapa de desarrollo fue un proceso natural, porque fue un proceso que se llevó a cabo durante eras pasadas hace mucho tiempo.
    Los órganos de la visión de estas criaturas, antes de que desarrollasen los huesos, fueron de una naturaleza rudimentaria, por lo menos eso fue en cuanto a los dos ojos del frente mediante los cuales buscaban el alimento en el suelo. Pero hubo un tercer ojo en la parte trasera de la cabeza, que ahora se conoce como el remanente atrofiado de la glándula pineal. Tal como sabemos esto ahora es solamente un centro para la visión astral, pero en la época de la que hablamos era el centro principal, no solamente de la visión astral sino también física.
    En cierto momento a mediados de la época Lemuriana el gigante cuerpo gelatinoso lentamente comenzó a solidificarse y los miembros con los huesos débiles se convirtieron en la estructura ósea. Ahora estaban en condiciones de estar erectos y gradualmente los dos ojos en la cara se convirtieron en los órganos de visión principales, aunque el tercer ojo siguió siendo en cierta forma un ojo de visión física y lo siguió siendo hasta finales de la época Lemuriana. Por supuesto siguió siendo un órgano que se utiliza para la visión psíquica. Esta visión psíquica continuó siendo un atributo de la raza, no solamente durante todo el período Lemuriano sino hasta bien avanzados los días de la Atlántida.
    Un hecho curioso para ser comentado es que al principio cuando obtuvieron el poder de pararse y moverse en posición erecta, ellos podían caminar hacia atrás con la misma facilidad que hacia adelante.
    Los hombres que pertenecían a una de las más avanzadas sub-razas, quizá la quinta, medían entre 12 a 15 pies. La piel era muy oscura, siendo de un color marrón amarillento. Tenía una larga quijada y una cara extrañamente achatada, los ojos pequeños pero muy penetrantes y curiosamente distanciados entre sí, de modo que podía mirar al costado como así también al frente, mientras que el ojo en la parte trasera de la cabeza, donde por supuesto no había crecimiento de pelo, le permitía ver también en esa dirección. No tenía frente, pero parecía tener un rollo de carne en donde la frente tendría que haber estado.
Los brazos y especialmente las piernas eran más largas que las nuestras y no podían alinearse totalmente, ni en los codos ni en las rodillas. Sus manos y pies eran enormes y el talón se proyectaba hacia atrás en una forma fea. La figura se hallaba envuelta en una piel holgada, algo como la piel de un rinoceronte, pero más escamosa, probablemente la piel de algún animal del cual sabemos solamente a través de los remanentes fósiles.
Alrededor de la cabeza, en la cual el cabello era corto, había otro rollo de piel al cual se adherían motas de un rojo brillante, azul y otros colores.
    En su mano izquierda sostenía un asta afilado, el cual sin lugar a dudas era utilizado para el ataque o la defensa. Era aproximadamente de la altura del cuerpo, o sea unos 12 a 15 pies. En su mano derecha se hallaba retorcida una especie de cuerda larga hecha de algún tipo de planta enredadera, con la que llevaba un gran y horrendo reptil, semejándose de alguna manera a un Plesiosauro. En realidad los Lemurianos domesticaban a estas criaturas y las entrenaban para utilizar su fuerza para la caza de otros animales.
La apariencia del hombre daba una impresión desagradable, pero no era totalmente incivilizado, siendo el tipo de hombre común de aquel momento. Muchos eran incluso de una apariencia menos humana que el que aquí hemos descrito, pero la séptima sub-raza desarrolló un tipo superior, aunque no parecido a algún tipo de hombre vivo hoy en día.
Mientras que retenía la quijada pronunciada, los labios gruesos, la cara achatada y los ojos de mirada extraña, para esta época habían desarrollado lo que se podría denominar una frente, mientras que la extraña proyección del talón se había reducido considerablemente.
En una línea de esta séptima sub-raza se podría decir que la cabeza tuvo una forma casi ahuevada, siendo la parte más reducida del huevo la parte superior, con los ojos muy separados y casi a la altura de la parte superior. La estatura se había reducido considerablemente y la apariencia de las manos, pies y extremidades se asemejaban a los de los negros de hoy en día.
    Esta gente desarrolló una civilización importante y de larga duración y por miles de años dominaban a las otras tribus que moraban en el amplio continente Lemuriano, e incluso al final, cuando el decaimiento de la raza se estaba produciendo, ellos se aseguraron un largo período por medio del casamiento con los Rmoahals – la primer sub-raza de los Atlantes. Por supuesto con este cruce de razas ellos adquirieron naturalmente un poder de desarrollo fresco.
    Su aspecto ahora se asemejaba un poco a los indios Americanos salvo que su piel tenía un curioso tinte azulino que no se ve hoy en día. Por más asombrosos que hayan sido estos cambios de estatura, consistencia y el aspecto del cuerpo durante este período, la alteración en el proceso de reproducción es aún más asombroso. Las referencias a los sistemas más bajos de los reinos de la naturaleza nos pueden ayudar a la consideración de este tema.
La formación de brotes de gérmenes evidentemente difiere poco de la reproducción asexual, pero por otra parte está relacionado con un cuarto tipo de propagación no sexual, lo que casi es una transición hacia la reproducción sexual, o sea, la formación de células de gérmenes. Esta forma de propagación es el método usual entre las plantas y animales más elevados.
    Es evidente que solo en un período tardío de la historia de la tierra se comenzó a producir el cambio desde la andrógina hacia la criatura unisexual.
    Por supuesto es casi imposible describir las primeras sub-razas del período Lemuriano como totalmente humanos. Solamente después de la separación de sexos, cuando sus cuerpos se convirtieron en densamente físicos, es que incluso adquirieron el aspecto humano.
Los remanentes de la tercera raza raíz que aún habitan en la tierra pueden ser reconocidos en los aborígenes de Australia, los Isleños de Andaman, algunas tribus de las colinas de la India, los de Tierra del Fuego, los bosquimanos de África y algunas otras tribus salvajes.
    La parte del continente Lemuriano en el cual se produjo la separación de los sexos, y en donde las cuarta y quinta sub-razas florecieron, se encuentra en el más antiguo de los dos mapas. Se hallaba al este de la región montañosa de la cual la actual Isla de Madagascar formaba parte, y así ocupaba una posición central alrededor del más pequeño de los dos grandes lagos.
Los hombres de aquella época, aunque se habían hecho totalmente físicos, seguían sin tener el habla. Por supuestos los ancestros astrales y etéricos de la Tercera Raza Raíz no necesitaban producir una serie de sonidos a fin de transmitir sus pensamientos, dado que vivían en condiciones astrales y etéricas, pero cuando el hombre se hizo físico ya no podía seguir siendo mudo. Se dice que los sonidos que emitieron estos hombres primitivos para expresar sus pensamientos, se componían al principio casi totalmente de vocales. En el lento desarrollo de la evolución los sonidos de consonantes gradualmente se incorporaron en el uso, pero el desarrollo del idioma del primero al último continente de Lemuria nunca alcanzó más allá de la fase monosilábica.
El idioma Chino es actualmente el único gran descendiente lineal del antiguo idioma Lemuriano.
    En la quinta sub-raza se había conseguido totalmente la separación de los sexos y los hombres habitaban un cuerpo físico total, a pesar de que aún tenía una estatura gigantesca. Las guerras ofensivas y defensivas con las monstruosas bestias ya habían comenzado, y los hombres habían comenzado a vivir en chozas. Para construir esas chozas derribaban árboles y los apilaban en una forma burda.
Al principio cada familia separada vivía en su propio espacio abierto en la jungla, pero pronto se dieron cuenta que era más seguro, como defensa contra las bestias salvajes, el juntarse y vivir en pequeñas comunidades. Sus chozas también, que habían sido formado de los troncos crudos de árboles, ahora aprendieron el empleo de grandes piedras para su construcción, mientras que las armas que empleaban para defenderse contra los Dinosaurios y otras bestias salvajes, eran lanzas de madera afiladas.
Hasta este momento la agricultura era desconocida y el empleo del fuego no había sido descubierto. Ahora que caminaron erguidos muchos de los árboles salvajes del bosque les ofrecían sus nueces y bayas, pero su alimento principal era la carne de las bestias y reptiles que mataban, que era arrancada y devorada.
Pero ahora se produjo un evento preñado de consecuencias por demás trascendentales para la historia de la raza humana. Un evento demasiado lleno de importancia mística, porque su narración hace surgir a Seres que pertenecían a sistemas de evolución totalmente diferentes y que sin embargo llegaron en esta época para asociarse con nuestra humanidad.
    Aunque el descenso de estos Seres dentro de cuerpos humanos no es el evento principal al que hay que referirse, es necesario intentar explicar algo de su causa y resultado. El nombre de estos seres es “Lhas” y se da a entender que fueron la altamente evolucionada humanidad de algún sistema evolutivo que había recorrido su epopeya en un pasado infinitamente lejano. Ellos habían alcanzado una elevada etapa de desarrollo en su cadena de mundos, y dado que su disolución se había producido en eras distintas en la bendición de la condición Nirvánica. Pero su karma necesitaba ahora regresar a un cierto campo de acción y de causas físicas, y dado que no habían aprendido aún completamente la lección de la compasión, su labor actual se convirtió ahora en ser guías y maestros de la raza Lemuriana, que en ese momento precisaban toda la ayuda y orientación que pudiesen conseguir.
    Pero otros Seres, en este caso voluntariamente, asumieron también la labor. Estos llegaron del esquema de evolución que tiene a Venus como su único planeta físico. Este esquema ya ha llegado a la séptima Ronda de sus planetas y por consiguiente su humanidad estaba a un nivel mucho más elevado que el que la humanidad ordinaria de este planeta había conseguido. Ellos son “divinos” mientras que nosotros somos solamente “humanos”.
Tal como hemos visto, los Lemurianos en aquel entonces simplemente estaban al borde de conseguir la verdadera hombría. Era para cubrir una necesidad temporaria – la educación de nuestra humanidad infantil – que estos Seres divinos llegaron.
Bajo su orientación e influencia los Lemurianos rápidamente crecieron en su avance mental. El apasionamiento de sus mentes con sentimientos de amor y reverencia hacia aquellos a los que sentían que eran infinitamente más sabios y grandiosos que ellos mismos, hizo que naturalmente hiciesen esfuerzos para imitarlos, y así se logró el avance del crecimiento mental lo que transformó la capa superior mental en un vehículo capaz de llevar las características humanas de una vida a otra, garantizando así el flujo de la Vida Divina, lo que le brindaba al receptor de inmortalidad individual.
Sin embargo, se tiene que considerar una gran distinción entre los seres exaltados que llegaron de Venus y de los que se describen como una humanidad altamente evolucionada, proveniente de algún sistema de evolución anterior.
Los de Venus, como se ha visto no estaban sujetos a un impulso kármico. Ellos llegaron como hombres para vivir y trabajar entre ellos, pero no estaban forzados a asumir sus limitaciones físicas, estando en condiciones de proveer vehículos adecuados para ellos mismos.
Por el otro lado los Lhas habían nacido actualmente en los cuerpos de la raza que existía en aquel entonces. Hubiera sido mejor para ambas partes y para la raza si no hubiese habido duda de parte de ellos en asumir su labor kármica, porque el pecado de los autómatas y todas sus consecuencias podrían haber sido evitadas. Su labor también hubiera sido más fácil, porque la misma no consistía solamente en actuar como guías y maestros, sino en mejorar el tipo de la raza – en resumen, el avanzar en la evolución de la forma de mitad humano, mitad animal que reinaba entonces, o sea hacia el cuerpo físico del hombre a ser.
    Los puestos ocupados por los seres divinos de Venus naturalmente eran los de gobernadores, instructores de religión y maestros del arte. Bajo la guía de estos seres la gente comenzó a conocer el uso del fuego, y la forma en la que podía ser logrado, primero por fricción y más adelante por medio del empleo de pedernales y hierro.
Se les enseñó salir en búsqueda de metales, de fundir y moldearlos y en lugar de lanzas de madera afilada, ellos ahora comenzaron a utilizar lanzas con puntas metálicas afiladas. También se les enseñó a excavar arar el suelo y de cultivar las semillas de grano salvaje hasta que su tipo mejoró. Este cultivo siguió perdurando durante muchas eras hasta que evolucionó consiguiendo los diversos cereales que ahora poseemos. Pero aquí se tiene que notar una diferencia. El trigo no evolucionó en este planeta como los otros cereales. Fue un regalo de los seres divinos que lo trajeron de Venus, listo para el alimento del hombre. El trigo tampoco era el único regalo. La única forma animal que no ha evolucionado en nuestra cadena de mundos, es la de la abeja. La misma también había sido traída de Venus.
Los Lemurianos ahora también aprendieron el arte de hilar y de tejer telas con las cuales vestirse. Estos fueron hechos por el rústico pelo de una especie de animal que ahora se ha extinguido, pero que tenía una cierta semejanza con las llamas de hoy en día. Tal como se detalló los primeros artículos de vestimenta de los Lemurianos fueron de la piel sacada de los animales que se cazaban. Estas pieles aún seguían utilizándose en las partes más frías del continente, pero ahora aprendieron a curar y ablandar la piel en una forma primitiva.
    Una de las primeras cosas que se les enseñó a la gente fue el empleo del fuego para sus comidas, y sus formas de preparación, ya sea de la carne cruda o de los granos, son casi análogas a las que según escuchamos, existen hoy en día entre las comunidades salvajes.
Con referencia al regalo del trigo traído tan maravillosamente de Venus, los gobernadores divinos seguramente se dieron cuenta que era aconsejable de iniciar la producción de semejante comida para la gente, porque ellos deben haber sabido que harían falta muchas generaciones hasta que el cultivo de las semillas salvajes podría proveer un suministro apropiado.
Como la gente era ruda y bárbara, los que tuvieron el privilegio de entrar en contacto con sus maestros divinos, naturalmente se hallaron inspirados con semejantes sentimientos de reverencia y adoración, como para sacarlos de su condición de salvajes.
Más adelante durante la última parte de la sexta y de la séptima sub-raza ellos aprendieron a construir grandes ciudades. Aparentemente fueron de una arquitectura ciclópea, correspondiendo al tamaño gigantesco de la raza. Las primeras ciudades fueron construidas en esa extensa zona montañosa del continente, lo cual incluía, como se podrá ver en el primer mapa, la actual isla de Madagascar.
    Tal como se describe en la “Doctrina Secreta” (Vol. II, p. 317) otra gran ciudad fue construida enteramente de bloques de lava. Se hallaba a unas 30 millas al oeste de las actuales Isla de Pascua, y más adelante fue destruida por una cantidad de erupciones volcánicas. Las gigantescas estatuas de la Isla de Pascua – la mayoría de las cuales mide unos 27 pies de altura y 8 pies de ancho de hombros – probablemente representaban no solamente la altura sino las facciones de aquellos que las tallaban, o quizás las de sus ancestros, porque es probable que estas estatuas fueron construidas en las épocas más tardías de Lemuria/Atlántida.
Se podrá observar en el mapa del segundo período de que el continente del cual la Isla de Pascua formaban parte, se había quebrado y la Isla de Pascua por sí mismas se convirtieron en una isla relativamente pequeña, aunque de mayores dimensiones de las que tiene hoy en día.
    Surgieron civilizaciones de relativa importancia a lo largo de las distintas partes del continente y de las grandes islas, donde los habitantes construyeron ciudades y moraban en comunidades establecidas, pero por otro lado grandes tribus, que eran parcialmente civilizados, continuaron con una vida nómade y patriarcal; mientras que otras partes de la isla, en muchos casos menos accesibles, tal como lo es en la actualidad – estaban poblados por tribus de un tipo extremadamente bajo.
En cuanto a la religión, con una raza de hombres tan primitivos, hubo poco lo que se podía enseñar, aunque las simples reglas de conductas y los preceptos más simples de la moral eran todo lo que eran capaces de entender y practicar. Es verdad que durante la evolución de la séptima sub-raza sus instructores divinos les enseñaron una forma primitiva de adoración e impartieron el conocimiento de un Ser Supremo cuyo símbolo era representado por el Sol.
    La destrucción del continente, al contrario de lo que pasó con la Atlántida – que se sumergió debido a grandes mareas, el continente de Lemuria pereció a raíz de la actividad volcánica. El mismo fue barrido por las cenizas ardientes y el rojo polvo ardiente de numerosos volcanes.
    Es cierto que los terremotos y erupciones volcánicas anunciaron las grandes catástrofes que le pasaron a la Atlántida, pero cuando la tierra había sido sacudida y desgarrada, el agua penetró y completó el trabajo, y la mayoría de los habitantes se ahogaron.
Por el otro lado los Lemurianos en su mayor parte perecieron a raíz del fuego y la sofocación. Mientras que otro gran contraste entre el destino de Lemuria y de la Atlántida fue que cuatro grandes catástrofes sellaron el destino de la última, Lemuria fue lentamente carcomida por los fuegos internos, y desde la fecha en la que se inició el proceso de desintegración hacia fines del período del primer mapa, no hubo cese en las actividades volcánicas que fueron incesantes, mientras que la secuencia invariable fue la total desaparición de la tierra, tal como pasó con el Krakatoa en 1883.
Similar a ello fue la erupción del Mount Pelee que produjo la destrucción de Saint Pierre, la capital de Martinique, hace unos años atrás, que la serie de catástrofes volcánicas en el continente de Lemuria puede ser comparada con la descripción dada por algunos sobrevivientes de Saint Pierre. “Una inmensa nube negra irrumpió repentinamente del cráter del Monte Pelee y se extendió con una velocidad tremenda sobre la ciudad, destruyendo todo – habitantes, casas y vegetación – lo que encontraba a su paso. En dos o tres minutos que tardó su paso, la ciudad fue una pila ardiente de ruinas.
    Actualmente se sabe que en el Monte Pelee no había un lago de lava derretida, sino que una columna sólida de roca roja caliente se estuvo elevando lentamente en una gran montaña puntiaguda cónica, hasta que finalmente rebalsó la vieja cúspide de la montaña. Tenía una altura de aproximadamente 100 pies y estuvo creciendo lentamente a raíz de la presión desde el interior, mientras que de tanto en tanto se producían explosiones de vapor, arrancando grandes pedazos del pico o de los costados. Posteriormente el vapor quedaba liberado dentro de esa masa mientras se enfriaba, y la roca pasaba entonces a una condición peligrosa y altamente explosiva, de forma que tarde o temprano se producía una explosión que hacía tambalear una gran parte de la masa convirtiéndola en fino polvo rojo caliente. (The Times, 14 Sept. 1903)
    Hay muchísima más información que podría ser extraída de distintas bibliografías, pero creo que esto brinda un panorama general bastante completo. Debido a que hay muchos autores con bibliografías divergentes, este mensaje se extendería demasiado sin poder decir con ciencia cierta qué es lo real y lo que no lo es. Así que prefiero cerrar aquí.
Bibliografía:

    William Scott-Elliot: La Historia de la Atlántida y la Lemuria Perdida



"Lemuria" 20.000 A.C


Cuando hablamos de Lemuria y su relación con el Monte Shasta nos referimos por un lado al nacimiento de las antiguas civilizaciones indígenas americanas (descendientes directos de Lemuria) y por el otro a la creencia de que los ascendidos lemures habitaron en el interior del Monte sagrado, que además está considerado como un vórtice energético y al que se asocia con las civilizaciones intraterrenas.
    También se han producido avistamientos de objetos voladores no identificados, luces y sonidos extraños provenientes del subsuelo, asociados a los intras.
    Lemuria fue una antigua civilización que existió antes y durante el período de la Atlántida. Físicamente se cree que existió en un enorme continente a lo largo del Sur del Océano Pacífico, entre Norteamérica, Asia y Australia. Lemuria es también conocida como Mu o la Madre Tierra de Mu.
    Se cree que existió aproximadamente desde 98.000 años antes de Cristo, al 8.000 antes de Cristo y durante el período de la Atlántida.
    La gente de Mu pasó por muchas faces durante su civilización. Se sabe que eran personas muy avanzadas cultural y espiritualmente.



El Firmamento y Lemuria


El término "firmamento" ha sido mencionado históricamente en muchas oportunidades, pero una nube de misterio rodea la verdadera naturaleza de este concepto.
    Para los lemures el "firmamento era un estrato de agua congelada sobre la superficie de la Tierra. Era un gran escudo cristalino en dos secciones. Una situada entre 15.000 y 18.000 pies y la otra entre 35.000 y 38.000 pies de altura sobre la superficie terrestre.
Era como un lente de cristal claro. En un determinado momento del día cuando la luz reflejaba en él servía como espejo del mundo que estaba debajo. Todos los llamados "Templos de Cristal" del mundo lo sostenían.
    Originalmente el Firmamento fue construido por la primera civilización etérica que llegó a la Tierra hace aproximadamente 35 millones de años. Fue construido para proteger al planeta de la radiación solar y otras radiaciones nocivas del Cosmos.
El Firmamento fue mantenido, roto y re establecido tantas veces como diferentes civilizaciones e invasiones hubo en el lugar. 



La ausencia de climas diferentes



Cuando el Firmamento existía estuvo bajo las órdenes de una jerarquía espiritual, los cuales construyeron los Templos de Cristal de acuerdo a sus deseos. Estos templos cumplieron diversas funciones para la atmósfera del planeta. En primer lugar bajaban la radiación y los niveles de calor para que el clima de la Tierra desde el Polo Norte al Polo Sur estuviera dentro de los 5 grados de diferencia. De esta manera los trópicos estaban alrededor de los 70 º farenheit y las regiones polares 5 º por debajo.
    No existian grandes capas de hielo en las regiones polares, como tenemos hoy.
    En segundo lugar, la otra diferencia era la ausencia de viento y nubes.
   Al no haber nubes todos los días eran soleados. Los suaves vientos sólo llegaban a las 5 o 7 millas por hora. No había tormentas, ni lluvias.



La fuente inagotable de la energía prana




La atmósfera completa del Firmamento fortalecía la mente y el cuerpo desde que la radiación energética almacenaba prana en él. Luego el prana fluía a través del firmamento y lo mantenía casi como si este fuera un gran acumulador de energía.
    Los cuerpos de las criaturas que existían en el planeta eran vigorizados por esta energía. El calor y la radiación que causaban deterioro en los cuerpos se mantenían alejados de la superficie del planeta.
Otra cosa era que las estrellas se veían aumentadas a través del firmamento por lo que el cielo se veía como a través de un gran telescopio.
    El firmamento prevenía de esta forma una atmósfera desolada y con diferencias climáticas.
   Después del colapso del firmamento la radiación comenzó a acortar y modificar la la parte física del ser humano y gradualmente esto limitó el tiempo de vida. De hecho, relatos bíblicos hablan de personas muy longevas. Esto no es más que la protección brindada por el firmamento. La atmósfera de hoy en día no protege la vida como alguna vez lo hizo el firmamento.




Conflictos
    


Lemuria y Atlántida establecieron un conflicto entre ellas debido a la lucha por el control del poder en el mundo.
Inicialmente la estrategia consistía en destruir los Templos de Cristal del enemigo. Sin embargo no tuvieron en cuenta los efectos que provocaría la desestabilización del Firmamento.
    Los ataques fueron hechos en forma simultánea sobre los Templos de Cristal y por lo tanto desorganizaron la estructura del Firmamento en los cielos. Esto provocó la destrucción del Firmamento y la consecuente caída de miles de millones de litros de agua desde el cielo. Este fenómeno se conoce bíblicamente como el Diluvio Universal, que no implicó solamente los 40 días de ardua lluvia sino que fue el comienzo de un nuevo mundo.






La Era lemuriana



La mejor manera de marcar el comienzo de la Era hiperbórea es cosiderar el trágico fin de la Era Polar, la cual marcó el final de la Era de los dinosaurios, hace 65.000.000 de años atrás. Aunque algunos saurios pasaron a la Era siguiente y convivieron con el hombre.
    El origen de la Era lemuriana ha fascinado a muchos estudiosos de la historia por mucho tiempo. Lo primero a tener en cuenta es que la época de la Era Lemuriana abarcó muchos cambios climáticos, geográficos, de fauna y flora que marcaron la diferencia entre los primeros y los últimos lemures.
Los primeros habitantes eran hiperbóreos (vivían en los polos), nómades y precisamente, la diferencia entre los hiperbóreos y los primeros lemures fue la tendencia a asentarse en los lugares que elegían.
    Durante las últimas fases de la era hiperbórea los grupos nómades viajaban constantemente, mudándose de lugar cuando el entorno se deterioraba o para escapar del cataclismo volcánico y la polución atmosférica. La crisis progresiva precipitó los viajes para protegerse de los desastres naturales, que llegó a su punto cúlmine 35.000.000 de años atrás.
    Muchos de los grupos sobrevivientes viajaron hacia el Este y los pequeños clanes hiperbóreos se dirigieron a lo que hoy es Asia, viviendo en pequeños grupos o asentamientos, hasta que algunos de ellos llegaron a la tierra que nosotros llamamos Lemuria.
Los primero lemures fueron inflexibles de carácter. Su actitud debió pasar por varias transformaciones atravesando diversos estados de conducta. Desde expresiones reconfortantes, estados de relax y júbilo hasta estados de egoísmo puro. Estas son generalidades que no se aplican a las entidades avanzadas espiritualmente.
    Al principio la vida era muy simple y apreciaban su buena calidad.
    Su físico era muy delicado para digerir comida sólida, por lo tanto se alimentaban a base de frutas frescas y hierbas. Gradualmente sus vidas fueron mejorando. Existió una profunda interacción entre ellos y sus amigos los devas, generando ondas telepáticas entre ellos y la mayoría de las especies animales.






El apogeo de Lemuria


Aproximadamente 14.000 años atrás, la cultura conocida como Lemuria, estaba en pleno apogeo. Había otras culturas como la Atlántida que también estaban en su apogeo.
    Los profetas de la cultura lemuriana comenzaron a percibir que algo habría de cambiar. Recibieron información acerca de que la Tierra pasaría por cambios dramáticos, provocados por un Gran Diluvio.
    La gente sagrada de Lemuria estaba muy conectada con la Tierra. Ellos eran los ancestros de los nativos americanos y esto es muy importante ya que los conocimientos de Lemuria fueron preservados por ellos.
    Como los lemurianos estaban preparados para el cataclismo que se avecinaba comenzaron a enseñar acerca de los secretos de la Tierra y de la humanidad a todas las personas que fuera posible. Ellos creían que de este modo la información sería almacenada en las células de los cuerpos humanos y por lo tanto la información jamás sería olvidada.
    También comenzaron a almacenar información en los cristales. Estos eran guardados a grandes profundidades en la Tierra para que la información fuera preservada. A su vez los antiguos lemures comenzaron a crear mapas con detalles muy precisos de los túneles subterráneos que existían entre los diferentes puntos de poder en el planeta.
    Sabían que recibirían una señal diciéndoles que era el tiempo de ir a esos túneles antes de que el Gran Diluvio llegara. Por eso se prepararon durante miles de años para ser los guardianes sagrados de los secretos de la Tierra. Y esto debían hacerlo antes de que se produjera el Gran Diluvio, de lo contrario la historia entera de la humanidad y las sagradas enseñanzas lemurianas se perderían para siempre. 





Finalmente llegó el momento y se dirigieron a los túneles. Esto ocurrió aproximadamente un año antes del Gran Diluvio.
    Mientras estaban bajo tierra tuvieron que aprender a vivir allí y hacer uso de lo que la Tierra les ofrecía para poder sobrevivir. Es así como construyeron grandes comunidades basadas en el amor y la comprensión. Durante aquel año realizaron la tarea final; preservar todo el conocimiento que era necesario resguardar.
    Cuando llegó el Diluvio, toda la gente que se encontraba bajo tierra se salvó de la catástrofe, Los que estaban en la Tierra perecieron. Cuando el agua cesó, salieron a la superficie. La Tierra que ellos conocían ya no era la misma. Y este emerger de la Tierra es el punto de partida que los nativos americanos utilizan para hablar de la historia de la Creación. En un sentido muy literal ellos emergieron de la Tierra. Muchos de los nativos han perdido la memoria literal de este emerger, pero dentro de los más altos rangos de chamanes este conocimiento se perpetúa.






Este es el punto de vista de los nativos americanos. Pero ellos no eran los únicos que habitaban los túneles. Toda la gente con elevados conceptos espirituales del planeta estaban allí. Los aborígenes australianos y aquellos que después se convertirían en los druidas en Inglaterra estaban allí preservando sus conocimientos.
    Los druidas preservaron la información de los antiguos habitantes de la Atlántida. Pero los nativos de la zona del Pacífico, incluyendo Asia, fueron los que preservaron la información correspondiente a Lemuria. Estos nativos aún hoy guardan dentro de sí los sagrados conocimientos. Mucho de esto es conciencia y mucha información está almacenada en el subconsciente.
    La tribu Ainu, de Japón es uno de los grupos que preservaron estos conocimientos. Todos juntos formaron un grupo humano basado en la cooperación con el fin de preservar las sagradas enseñanzas.





El conocimiento ancestral



Los profetas sabían que cuando el catlaclismo pasara la humanidad se alejaría de las sagradas enseñanzas. A su vez también sabían que durante este tiempo las enseñanzas permanecerían ocultas . Cuando el ciclo llegara a su fin, las enseñanzas volverían a emerger y serían transmitidas a cada una de las personas. Y esto es lo que está ocurriendo en este momento. Si visitamos lugares sagrados como el de los nativos americanos, Perú o Egipto es porque estamos sintiendo que estos conocimientos ancestrales comenzaron a emerger para contactarse con nosotros y debemos encontrar el modo a través del cual nuestra memoria pueda recordar. Y lo podemos hacer indagando en nuestra sabiduría espiritual. Los antiguos maestros nunca sintieron la necesidad de hacer que la gente creyera en las enseñanzas sagradas. Sin embargo esto pasó después del Diluvio. Los antiguos tenían su propia sabiduría espiritual la cual nunca se ponía en discusión.
    Aquellas creencias básicas estaban basadas en la aceptación de un poder supremo y del amor y respeto por nuestros semejantes y por la Tierra. Estos son los conceptos básicos de la espiritualidad.
Los nativos americanos hacían algo que se conoce como "La danza de la lluvia". Hoy el significado de la ceremonia se ha perdido. Actualmente la creencia es que la danza hacía llover. Sin embargo en aquellos días la danza de la lluvia era mucho más que eso. Los nativos no hacían la danza para que lloviera sino porque podían de este modo conectarse con la energía del medio ambiente y formar parte de él y celebrar la lluvia. Y esto marca una sutil diferencia con la creencia popular, porque su rito significa sentirse "Uno" con la Madre Tierra.



Snake People


La gente que se hacía llamar Snake, que en inglés significa "serpiente", era un pueblo muy antiguo.
Existieron aproximadamente hace 6000 años atrás. Eran descendientes de los lemurianos, particularmente descendían de los guardianes sagrados de Lemuria.
    La serpiente se utilizaba como símbolo de la sabiduría. Mitológicamente existe un lugar sagrado llamado Montezuma, considerado como un punto emergente de los antiguos lemurianos. A su vez Sedona es también uno de los lugares donde se encontraban guardados los registros de la humanidad. Después de que ellos emergieron del mundo subterráneo, su civilización vivió en lo alto de los peñascos. En aquel momento Sedona era una cadena de islas. Aquí se encontró una vasta cantidad de cristal de cuarzo en las rocas rojizas y todos sabemos que el cuarzo puede almacenar información y conocimientos ancestrales.
Sedona fue elegida como punto de emergencia a causa de la gran cantidad de cuarzo que existe en el área. Los Snakes eran los encargados de almacenar la información y los conocimientos de Lemuria en los cuarzos.
    Uno se podría preguntar si existen las ruinas de los templos de Lemuria en Sedona. Se dice que existen evidencias físicas de templos en el lugar que están muy erosionados y no podrían reconocerse como remanentes de los templos. Sin embargo energéticamente aquellos templos existen. Se puede acceder a ellos mediante técnicas mentales avanzadas, meditación o por sueños.
Existen diversas razones por la cual la gente se siente atraída a visitar estos lugares y es el hecho de que si bien no han estado físicamente con anterioridad en estos lugares es porque sienten familiaridad con su energía. Interdimensionalmente estos templos lemurianos existen aquí.
    Otras de la preguntas que podríamos hacernos es si existe alguna conexión entre aquellos que sobrevivieron al Gran Diluvio y los extraterrestres. Los estudiosos del tema dicen que la gente que fue a los túneles subterráneos podría estar asociados, con lo que nosotros llamamos Energía Sirian. Su símbolo era la serpiente y también cumplieron el rol de guardianes de la sagradas enseñanzas. Entre aquellos que permanecieron en la superficie y sobrevivieron al Diluvio quedaron dos bandos.
    Uno de ellos se orientarían a la energía que provenía de Sirio. Se caracterizaban por sentir amor a la humanidad, el deseo de paz y de conocimiento espiritual. El otro bando estaba más alineado con lo que llamaríamos la influencia de Lira. Ellos fueron los únicos que quedarían al poder. Alguno de ellos eran los que ocupaban posicionesde poder en la Ciudad de la Atlántida.




Los nativos americanos preservan los 

conocimientos



A través de la historia existieron conflictos entre los guardianes de los conocimientos y aquellos que estaban hambrientos de poder. Por esta razón, cuando paró el Diluvio, los conflictos comenzaron nuevamente. La gente que ahora es nativa americana no se integraron con el resto del mundo. Se mantuvieron separados para asegurarse de que los conocimientos fueran preservados. Con esto decimos que cada búsqueda espiritual de la verdad afecta por completo al planeta. Este momento que denominamos La nueva Era es la conclusión de miles de años de conflicto.
    Se dice que cuando paró el Diluvio Universal, la mitad de aquellos que estaban en los túneles emergieron, los otros prefirieron quedarse ya que no se sentían seguros de estar a salvo en el nuevo mundo. Aquellos que emergieron vieron que el conflicto estaba comenzando una vez más en la superficie terrestre. La gente que siguió en los túneles permaneció allí por varias generaciones formando grupos solidarios con conceptos espirituales muy elevados. A ellos solemos llamarlos "intras".
   Los intras construyeron su propia sociedad totalmente independientes de otros y en un sentido muy específico han mutado para adaptarse a la vida intraterrenal. Sus vidas son longevas ya que tienen un promedio de vida de 600 a 800 años. En términos de longevidad durante el período del Diluvio, su duración máxima de vida era mucho más larga que otros. Esto dependía de las características genéticas de cada individuo.


Agradecimientos:

  Muchas gracias Lluis por tus diseños exclusivos sobre Lemuria para La Cueva de Cristal
Un especial agradecimiento a nuestra gran amiga Delfy Duval
Billy y Mónika Leffler






Edgar Cayce no sólo propuso una interesante cronología en relación con los cataclismos Atlantes, mucho más cercana a la posible realidad que la de Scott Elbot, sino que informó ampliamente sobre el avance técnico de nuestros ancestros. Nos habló, por ejemplo, del poder de los cristales y de rayos super cósmicos. ¿Tecnología avanzada como la nuestra? 

    Si las catástrofes geológicas a las que se refería Cayce, ya suponían un gran desafío para las nociones científicas de su época, mucho más lo era describir las fuentes energéticas que activaban los barcos, submarinos y aviones de la civilización Atlante. Sin embargo, no pareció equivocarse demasiado. Los hombres con características anatómicas modernas ya estaban dispersos por el planeta hace unos 50.000 años, fecha próxima a la que indicó Cayce para la primera destrucción de la Atlántida.



    Las demás, en las que Cayce sitúa los cataclismos posteriores, concuerdan con las de los geólogos sobre las inversiones de los polos magnéticos, cambios climáticos, terremotos, períodos de actividad volcánica y extinciones, de forma que sus visiones que anticiparon muchos de éstos y de otros descubrimientos científicos, no parecen puramente imaginarias.
Sus relatos sobre la utilización de alta tecnología, especialmente referida a cristales, resultaban hace tiempo más difíciles de aceptar, sobre todo cuando se refiere a ellos como acumuladores de información y energía para su uso posterior, pero hoy ya no resultan tan absurdos.

    En la misma línea de Cayce, el psíquico Dale Walker, ha indicado que los cristales se utilizaban para convertir la energía solar en electricidad... Su increíble poder y esplendor fue posible gracias a la ciencia de los cristales. El descubrimiento del uso de los cristales para controlar la increíble reacción energética entre materia y antimateria, dio lugar a los vuelos espaciales. 

    Más detallado aún es el relato ofrecido por el psíquico Michael Gary Smith, según el cual éstos disponían de pantallas mágicas, en las que podían ver cuanto sucedía en cualquier punto de la Tierra. Asimismo poseían bolas de luz que se encendían y apagaban con un simple movimiento de la mano. Otro de los maravillosos inventos de esta civilización era un carro sin caballos que lanzaba un rayo de fuego, blanco por delante y rojo por detrás. Esta civilización creció hasta tal punto que disponían de barcos para llegar a casi cualquier punto de la tierra. Tampoco hay que olvidar los mágicos pájaros de plata donde la gente viajaba a través del cielo, a velocidades altísimas. Y más aún, existen indicios de que en la Atlántida había naves espaciales capaces de abandonar la atmósfera terrestre y llegar a la Luna y a otros planetas. Otro campo de la ciencia de la antigua Atlántida, era la posibilidad de crear seres humanos iguales a nosotros y el uso de máquinas mentales subatómicas.



    Una tecnología tan puntera tenía que ir inevitablemente acompañada de una medicina muy avanzada. Según él, tenían un pequeño instrumento que cabía en la palma de la mano del paciente y consistía en un cristal con una capucha de cobre en cada extremo: El médico podía leer el color del aura o del campo biomagnético del paciente mediante este cristal y diagnosticar la dolencia, explica Smith

  























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